Crítica Juego de Tronos (T7) SPOILERS

Otro año más, otra temporada menos. Han pasado ya siete años desde que diera comienzo Juego de Tronos, siete años en los que los de HBO no han parado de captar más y más espectadores con cada temporada, con cada episodio, con cada muerte. Siete años de pequeños infartitos frente a la pequeña pantalla que sin duda nos pasarán factura, y ha merecido la pena llegar hasta aquí.

Y si, esta temporada comenzó con bastante polémica, ya que nos llegó con unos meses de retraso, para fastidio de los que sobrellevábamos la temporada de exámenes a base de tararear la canción del inicio. No solo esto, sino que además nos llevamos un chasco cuando nos enteramos de que tendría siete capítulos en lugar de los diez tradicionales. Pero, como no, ha merecido la pena la espera y el recorte de capítulos no ha sido para tanto, siendo la mayoría de estos más extensos de lo normal y comprimiendo un poco el argumento para ajustarse a un guión que debe cerrarse entre esta y la siguiente temporada.

Ha sido esta la temporada de los reencuentros, como la reunión de los Stark, los Lanister, Jorah y Danny... sirviendo como fan service para los espectadores veteranos. Y es que esta temporada tiene mucho de fan service e incluso tintes de fanfiction al haberse separado ya de los libros (vamos George, que tu puedes). ¿Es esto malo? No , señoría. La serie no podía quedarse congelada, esto es un hecho, y si bien es cierto que ha perdido un poco de frescura con los años, y que ya no existe ese aura de peligrodidad para con nuestros personajes favoritos (crucemos los dedos), la séptima temporada nos ha dejado con muchos momentos memorables y capítulos que quedarán grabados para siempre en nuestras retinas (mención especial al cuarto y sexto capítulo).

La serie incluso ha hecho que me preocupe por primera vez del personaje de Daenerys Targaryen, interpretado por la cada vez más anclada a su rol Emilia Clarke, personaje que me aburría en sobremanera desde bien temprano. El resto de personajes, en su línea: por un lado tienes a los protagonistas, esos que nos gustan a todos y que está cada vez más claro que llegarán al menos hasta el final de la serie i.e. Jon Snow, Tyrion, Jaime, etc. Por otro lado, mi parte favorita de la serie: los secundarios. La cantidad de secundarios importantes y carismáticos en esta serie es ingente: El Perro, Tormund, Brienne de Tarth, Sir Davos... la lista sigue y sigue. Estos son los personajes que más papeletas han tenido siempre de morir y por los que yo más sufro personalmente. Mención aparte para el Rey de la Noche y para Cersei Lannister, totalmente imponentes y cuyas escenas dejan sin aliento. El personaje de Lena Headey ha sido llevado al límite magistralmente, y desde este lado de la pantalla yo le aplaudo.

Por lo demás, como siempre, la factura técnica es impecable, la banda sonora es roza lo orgásmico y cada escena te mete en la serie como ninguna otra lo hará (al menos no de la misma forma).

Si hay que ponerle alguna pega a esta temporada, es el hecho de que todos los personajes parezcan haber aprendido la técnica de teletranspote cual Abra, y que en un mismo episodio puedan estar en veinte localizaciones que ni por asomo se encuentran siquiera cerca en el mapa de Poniente, aunque se puede llegar a entender. Al fin y al cabo, la serie tiene que ir acabando y no nos vamos a poner ahora quisquillosos con los tiempos y desplazamientos de personajes.

Lo mejor:
  - Los personajes, todos con sus propias mentalidades y objetivos, todos importantes, todos interesantes.
  - Las emociones que te transmite cada escena de cada episodio. Brutal.
  -El cuarto y sexto episodio. Bueno, todos, qué más da.
Lo peor:
  -El teletransporte
  -Que posiblemente haya que esperar dos años para la siguiente entrega

NOTA FINAL: 9.5